Cocina light, una tendencia actual

Cocina light, una tendencia actual

27/04/2015 • Cocina, Curiosidades • Views: 4490

Existe una creciente preocupación por nuestra salud y estado físico. Esto nos lleva a la necesidad de realizar una dieta, de aquí el boom de lo light.

La influencia de la sociedad, preocupada por el mantenimiento de la silueta y la posibilidad de llevar una alimentación sana, es la culpable del aumento de la oferta gastronómica «ligera».

La cocina light se trata una serie de platos ligeros para personas que, aunque les gusta comer bien, no quieren ingerir excesos de calorías, grasas y azúcares.

Se trata de elaborar platos que contengan un 40-50% menos de calorías que una receta tradicional, pero esta cocina light, debe también ser parte de una alimentación sana y equilibrada.

Este tipo de cocina light, permite disminuir riesgos para la salud como son la hipertensión y la diabetes, ayuda a reducir el colesterol en el caso de que lo tengamos alto, mejora nuestras defensas y nos ayuda a mantener un buen estado físico, por lo que envejeceremos más despacio, pero hay que tener siempre en cuenta las características y necesidades nutricionales de cada persona y adecuar la dieta ideal a cada uno.

Según los nutricionistas, los mayores consumidores de comida light son los mayores de 40 años, que es una edad en que la mayoría empieza a plantearse la salud como algo fundamental que requiere de cuidados.

También cabe señalar que los productos light más consumidos son los instantáneos y los lácteos.

La preocupación por la obesidad es tan creciente en los países desarrollados, que incluso las compañías de comida rápida, están optando por incorporar a sus menús platos que reduzcan notablemente sus calorías, es decir, cocina light.

Además de los alimentos bajos en calorías que encontramos en los supermercados, es importante seguir unas pautas para cocinar los alimentos y que es de vital importancia si lo que queremos es realizar una cocina light: Hay que reducir las grasas con que cocinamos, realizando la elaboración de carnes a la plancha, en vez de fritas, empanadas…, el uso de sacarina en lugar del azúcar también ayuda a reducir el consumo de calorías, coma toda la fruta y verdura que le sea posible, no abuse de los dulces ni de los postres preparados que venden en los supermercados, aumente el consumo de pescado en su dieta, reduzca la ingesta de pastas y arroces hasta un punto equilibrado, huya de la comida «basura»… Todo esto, acompañado de un poco de ejercicio físico, nos ayudará a mantenernos en forma.

Tener en cuenta en su hogar

Hoy en día, el acto de elegir alimentos exige un cuidado que requiere tanto de información actualizada como de tareas detectivescas. Muchos productos se promocionan con un 50% de menos calorías, pero no aclara en relación a qué. En este caso, lo que hay que hacer es comparar siempre los datos del alimento diet con los de su versión clásica.

Como el objetivo es consumir menos calorías en una dieta balanceada, hay que buscar los alimentos que sean reducidos en azúcar y grasa.

Para cerciorarse de esto, la clave no está en la parte delantera del envoltorio, sino en la trasera, en la información nutricional. Si un producto se jacta de ser hipocalórico y no tiene este dato, no se le puede creer, porque no informa sobre su calidad de tal.

Técnicas para cocinar con poca grasa

Cocer: Cuando el alimento entra en contacto con el agua, las calorías de éste no aumentan. Lo malo es que puede resultarte algo insípido y puede perder nutrientes que se quedan en el caldo, por lo que conviene reutilizarlo para posteriores preparaciones.

Al horno: Cuando se trata de carne, lo importante es crearle una costra exterior para que luego se cueza en su propio jugo sin perder sabores ni nutrientes. Asado en el horno, prácticamente no se necesita aceite por lo que el alimento no gana calorías, y consigue un sabor muy puro.

Al vapor: El alimento que cocines no pierde sus nutrientes en el agua ya que no se sumerge en ella. Y lo mejor, no aumenta calorías porque no entra en contacto con las grasas manteniendo todo su sabor. ¡Te resultará incluso más sabroso que el hervido!

¡Saltea tus verduras en el wok! Este recipiente necesita poco aceite y gracias a su forma, el calor se reparte de un modo uniforme con lo que se cocina más rápido que en una sartén convencional.

Asar en papillote: El sistema es similar al de la cocina con vapor pero los alimentos, en este caso, se cuecen envueltos en papel de aluminio con un poco de aceite o mantequilla, dentro del horno. Lo mejor es hacerlo con algunas hierbas o verduras que le den sabor.

Apúntate al wok! Salpimentar un pollo deshuesado y troceado y dóralo en el wok con un poco de aceite. Retíralo. Después, corta un manojo de cebolletas y un pimiento rojo en juliana y rehógalas en el wok. Mezcla el pollo, la verdura y un vaso (de agua) de caldo de ave y un vaso (de agua) de salsa de soja en el wok y cuécelo 20 minutos. ¡Te resultará delicioso!

Cocina a la sal. Practícalo con el salmón. Mezcla 2 kilos de sal gorda con un salmón de dos kilos. Pon una cama de sal, cúbrela con el pescado y con el resto de la sal. Hornéalo 40 minutos a 200ºC. Acompáñalo de verduras a la parrilla.

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