5 alimentos adictivos que pueden arruinan tu salud

5 alimentos adictivos

08/06/2018 • Dietas, Informes & novedades, Noticias e Informes, Nutrición • Views: 5703

¡Cómo papas fritas y no puedo parar hasta terminar el paquete! Esto sucede con algunos alimentos que consumimos, aquí algunos consejos para evitar su adicción.

Lo denominamos “alimento adictivo” porque no podemos dejar de comerlos o tener un control en las cantidades que consumimos. Tienen sustancias que nos “atrapan”, y en algunos casos, nos hacen dependientes casi como nos podría pasar con el tabaco, el alcohol y las drogas.

Los alimentos más adictivos

Los ingredientes que nos hacen caer en la tentación ilimitada con más frecuencia son los que contienen: harinas, hidratos de carbono refinados, azúcar, sal y ciertas grasas.

Una inocente galleta contiene azúcar, harina, grasa y sal, por eso se hace muy difícil comer sólo una. Por otro lado, estudios recientes indican que las personas obesas tienen menos receptores de dopamina y comen más para compensar esta deficiencia.

  1. Harinas y carbohidratos
    Cuando comemos hidratos de carbono se eleva el azúcar en la sangre. Esto estimula zonas cerebrales relacionadas con la adicción a la nicotina u otras drogas, por eso su alto consumo puede desarrollar una adicción. (Dr. Simon Thornley – Auckland, Nueva Zelanda).
  2. Comida grasosa
    Los alimentos fritos o menús con grasa estimulan la producción de dopamina en el cerebro levantándonos el estado de ánimo. Si consumimos mucho estos alimentos se puede generar un cambio en la química cerebral y así caer en una adicción. (Scripps Research Institute)
  3. Chocolate
    Este alimento popular es un misterio químicamente, ya que genera una cantidad de sustancias que influyen nuestros receptores neuronales, algunas similares a las anfetaminas. Por su contenido de cafeína y teobromina es estimulante y también puede bajar nuestra ansiedad por tener carbohidratos y grasas vegetales. Así como levanta el ánimo gracias a la feniletilamina, sustancia que genera placer, lo que lo hace un producto tentador difícil de limitar.
  4. Quesos y leche
    Aunque no lo crea, el queso es un producto muy adictivo.
    En el aspecto “psicológico” los lácteos, en especial la leche, se vincula con la leche materna, que contiene muchas sustancias con efectos emocionales, algunas de ellas producen seguridad, sueño y un vínculo especial con la madre. Cuando vamos creciendo inconscientemente podemos relacionar un vaso de leche con “descanso”.
    Hay una razón química también: la caseína. Es una proteína de la leche que al digerirse produce péptidos de naturaleza opioide, conocidos como casomorfinas, que favorecen el sueño. En los quesos, la cantidad de caseína es mucho más concentrada.
    También intervienen factores como el sabor y la gran cantidad de variedades que hay en el mercado. Especialmente nos volvemos adictos a estas exorfinas en situaciones de ansiedad o estrés. Añadir queso a las comidas o tener deseos de comer queso, puede estar relacionado con la necesidad de tranquilidad ante situaciones estresantes o ansiedad. Esto lo saben los fabricantes de productos alimenticios que utilizan las variantes con queso como “enganche” en sus alimentos.
  5. Café y té
    La cafeína es un estimulante natural.  La mayoría de las personas necesitan café, té o bebidas con cafeína (energizantes, guaraná, colas, etc.) para levantarse, y se vuelven dependientes de estas bebidas, en especial en momentos de cansancio.
    El problema surge cuando excedes el consumo de esta sustancia que no solo se vuelve adictiva sino que puede traerte problemas de salud como alteraciones del ritmo cardiaco, hipertensión, insomnio, etc.

¿Cómo evitar las comidas que nos enganchan?

Como reflexión final podemos decir que la comida es necesaria para la supervivencia, motivo por el cual no se puede suspender como ocurre con otras adicciones. Debemos lograr un equilibrio, que quizás es lo más difícil.

Hoy las multinacionales trabajan en productos cada vez más adictivos porque eso impulsa las ventas. Estos alimentos contienen sustancias químicas capaces de producir diferentes sensaciones de placer y bienestar, por eso somos más sensibles a las tentaciones cuando tenemos un mal día, estrés o baja autoestima.

Para revertir esta situación, el mejor método es tomar conciencia, decir: “Yo soy capaz”. Para empezar hay que resistirse unos días, ya que el vínculo con la comida puede modificarse en 72 horas. Por lo tanto, hay que resistirse un poco y pelearle al instinto. Entonces, cuanto menos se come, menos hambre se tiene; y a más ingesta, más ganas de comer.

La sociedad actual que vivimos cada vez genera más presiones, tentaciones y adicciones de todo tipo, promueve el consumo masivo, desmedido y fomentando así el sedentarismo. Por eso se trata de cambiar y decir “no gracias”. Controlar nuestras decisiones alimentarias y nuestra voluntad como fórmula para una mejor salud.

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