Algunos alimentos o componentes de alimentos pueden generarnos reacciones adversas, desde simples erupciones a alérgicas graves. Aquí nombramos algunos puntos importantes para definir una alergia alimentaria.
Síndromes de malabsorción como la celiaquía, intolerancia a la lactosa, síndrome de intestino corto, infecciones bacterianas, intolerancia a ciertas proteínas, alteraciones genéticas son sólo algunas de las afecciones que no permiten al organismo ingerir todo tipo de alimentos. Dichas alternaciones tienen incidencia directa en la nutrición de las personas, en la absorción y asimilación del organismo y en el estado general de salud.
Como determinamos que podemos tener una alergia alimentaria:
- Investiga que alimentos son potencialmente alérgenos: frutilla, nueces, maní, alimentos T.a.c.c. (con harina de trigo, centeno, avena, cebada), ricos en lactosa, caseína, mariscos, miel, etc.
- Investiga cuales son los signos o síntomas más comunes de las alergias alimentarias: distención abdominal, bajo peso, retención de líquido, manchas en la piel, conjuntivas blancas, cansancio, anemias, etc.
- Determina con qué frecuencia los ingieres.
- Elige uno por vez, si existe más de uno, en tu dieta diaria.
- Reemplázalos por otras fuentes. Por ejemplo: En vez de comer harinas de trigo refinada prueba con harina de arroz, o fideos de arroz en vez de fideos de trigo candeal.
- Haz la prueba al menos dos semanas.
- Anota los cambios: en tu estado general, nivel de energía, rasgos de fatiga, si ya no tienes ojeras, si hubo modificación de peso, tu piel, tus deposiciones y orina, etc.
- Si ese alimento que probaste suprimir o reemplazar no es el causante de los síntomas más comunes de las alergias prueba otro.
- Realízate un análisis de sangre y orina antes y después de comenzar la prueba.
- Siempre asesórate con profesionales. Evaluación, guía y resultados.
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