Alimentación en la tercera edad

Alimentación en la tercera edad

15/05/2014 • Nutrición, Tercera edad • Views: 97

Se dice que la vejez es una condición espiritual más que física. Pero, aunque el dicho no deja de tener su parte de razón, lo cierto es que son muy pocas las personas que llegan a una edad avanzada exentos de todo tipo de achaques.

Es muy frecuente que, con la edad, aparezcan ciertas dolencias físicas, como la diabetes, la hipertensión, el reumatismo, la artritis y la artrosis. Además, la condición de las arterias, que en las personas de la tercera edad no suele ser óptima, puede ser determinante no sólo en lo relativo al estado físico sino también en lo que concierne al mental.

A esos factores deben añadirse otros de índole ambiental, que también inciden en la salud psíquica del anciano, sumiéndolo con frecuencia en un estado de depresión, como pueden ser la ausencia de familiares o seres queridos y la sensación de aislamientos producida por su imposibilidad de adaptarse al ritmo agitado de la vida moderna.

No obstante lo señalado, con una dieta alimentaria y una clase de actividad adecuada a las posibilidades peculiares que supone la edad avanzada, es posible mejorar la calidad de vida de manera notable y, en consecuencia, con resultados gratificantes.
La vejez no debe implicar abandonarse sino más bien aprender a vivir bien con ciertas limitaciones

La alimentación

Los hábitos alimentarios de las personas de la tercera edad suelen ser inadecuados porque se adquirieron en épocas de la vida en que las demandas de energía eran muy superiores a las que tienen en la actualidad. Además, el metabolismo se torna más lento con los años, lo que también contribuye a que la carga energética normal en otras edades sea excesiva en edades avanzadas. Por tanto, convendrá que coman con moderación, lo que también les ayudará a evitar la obesidad o a reducirla si la tienen, y a disminuir el riesgo de contraer ciertas enfermedades asociadas a ella.

Dado que las necesidades de proteínas, vitaminas y minerales siguen siendo las mismas, lo que deben reducir es la ingestión de hidratos de carbono y, en particular, la de grasas, dulces y toda clase de frituras. El menor consumo de estos últimos alimentos no sólo les brindará la posibilidad de mantenerse libres de un tejido adiposo excesivo, sino también la de evitar la ulterior degradación de las arterias.

La alimentación ideal debe basarse en frutas, vegetales y cereales que, combinados con derivados lácteos, les aportarán los nutrientes necesarios. Como complemento para asegurar la ingestión de todas las vitaminas indispensables, deben figurar en la dieta diaria el germen de trigo y la levadura de cerveza.
Es frecuente que las personas de edad avanzada pierdan sensibilidad a los cambios térmicos y, en consecuencia, disminuya su sensación de sed. Así, se produce la tendencia a beber menos de lo debido y el consiguiente déficit de líquidos. Para evitarlo, es aconsejable que tomen frutas y ensaladas en abundancia, así como zumos de frutas y de hortalizas.

La Dieta ideal

Un tipo de dieta para una persona en la tercera edad puede comenzar con un desayuno abundante, un almuerzo a base de hortalizas y verduras, una merienda muy liviana y una cena basada en frutas variadas y abundantes.

El desayuno, que deberá aportar la energía que necesitará para las actividades de la mañana y, como efecto secundario, ayudarle a evitar la depresión, podrá componerse de cereales, yogurt, miel, frutas frescas y unos pocos frutos secos.

El almuerzo se hará a base de hortalizas en ensaladas, exclusivamente con aliño de aceite de oliva, y de verduras, ya sea en purés o budines. La sal se usará con restricciones, para no contribuir a la insuficiencia renal o a la hipertensión arterial, bastante frecuentes a estas edades. En su lugar, se favorecerá el uso de hierbas aromáticas.

La merienda debe consistir en un zumo de frutas, un yogur, una infusión y una o dos galletas integrales.

La cena estará compuesta de varias clases de frutas, que se tomarán de forma abundante. Antes de acostarse, podrá tomarse un vaso de leche caliente con miel.

A esta dieta básica podrán añadírsele huevos tres veces por semana, así como quesos tiernos combinados con frutos secos. También podrán comer legumbres algunas veces, pero en poca cantidad, muy cocidas y siempre en combinación con cereales.

La actividad

Aunque ésta esté supeditada a las posibilidades de cada uno, en general es saludable que los ancianos realicen algún tipo de ejercicio para activar la circulación, para evitar el anquilosamiento y, muy especialmente, para prevenir la depresión y el aburrimiento. Así, debe estimulárseles para que salgan de casa ya sea a dar un paseo andando, a hacer alguna compra en el barrio o a tomar un rato el sol en una plaza, lo que les dará la posibilidad adicional de charlar con otras personas. También podrán disfrutar y distraerse yendo al cine o al teatro, haciendo alguna manualidad o visitando amigos y parientes. La lectura y la televisión pueden también ayudar a que se entretengan y no se dediquen a pensar en sus achaques ni en cosas que los depriman.

  • En la tercera edad, la actividad ayuda a distraerse y a combatir la depresión.
  • Una dieta sana y un simple quehacer diario puede ser la receta magistral para disfrutar de la vida, pese a tener muchos años.

El calor y el frío

Las temperaturas extremas suelen suponer un riesgo para las ancianos. Puesto que han perdido parte de la sensibilidad a los cambios de clima, cuando los días de verano son especialmente calurosos, es necesario asegurarse de que permanezcan en casa, al fresco, y de que consuman una buena cantidad de líquidos para evitar una posible deshidratación, factor que en las personas de edad avanzada puede tener graves repercusiones.

También deben cuidarse de forma especial cuando hace mucho frío. La dieta deber ser entonces más calórica que en otras épocas del año y debe procurarse que tengan el cuerpo abrigado y que permanezcan en los lugares más caldeados de la casa. Un simple resfriado, que en una persona joven no pasará de causar molestias durante unos días, en un anciano puede ser el detonante de una enfermedad pulmonar irreversible.

Factores de consideracion

Aunque la dieta sana y equilibrada es probablemente el factor más importante para la salud, la edad no pasa en vano y supone la aparición de ciertos achaques o, inclusive, de enfermedades. En consecuencia, una persona anciana, por bien alimentada que esté, puede tener ciertas molestias que no deben descuidarse y que de prolongarse o repetirse, deben ser consultadas con el médico. Entre ellas, la pérdida del apetito, el ahogo, los mareos, las molestias al orinar, los cambios en las deposiciones, los trastornos auditivos o visuales y la debilidad de algún miembro. Inclusive es conveniente hacer una consulta médica si se nota cambios repentinos de humor o una cierta apatía general.

Alimentos contraindicados

Sin pretender ofrecer una lista exhaustiva de todos los alimentos contraindicados para las personas de edad avanzada, los siguientes se encuentran entre los más corrientes

  • Alcohol
  • Azúcar
  • Bizcochos
  • Bollos
  • Caramelos
  • Carnes
  • Chocolate
  • Dulces
  • Embutidos
  • Galletas
  • Helados
  • Gaseosas con azúcar
  • Manteca
  • Mantequlla
  • Mayonesa
  • Mermelada
  • Panes dulces
  • Pastas

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