Problemas de tiroides y su relación con la obesidad

06/05/2014 • Obesidad, Trastornos & Desórdenes • Views: 12318

En medio de la desesperación que a menudo presentan las personas obesas, y en su afán por entender el por qué de su facilidad para aumentar de peso, la glándula tiroides es frecuentemente colocada en el banquillo de los acusados.

Las hormonas tiroideas pasan entonces a concretar el sueño que contrarresta el fatal aumento de peso que ocurre después de cenar una suculenta pizza, una arepa o un dulce y llevar una vida sedentaria carente de deporte o actividad física. Es ahí donde muchos piensan que su glándula tiroides es la culpable de su obesidad y recurren a farmacias para adquirir directamente las hormonas.

Otras las toman dentro de esos productos que esconden detrás de su etiqueta de «naturales» hormonas tiroideas. Supuestamente éstas, por acelerar el metabolismo, adelgazan a quien las consume. Nada es más falso, pues las hormonas tiroideas tomadas por quien no las necesita, no producen adelgazamiento alguno. Lo que sí producen es ansiedad, palpitaciones, elevación de la presión arterial, angustia, sensación de susto, malos presentimientos, acortamiento de los ciclos menstruales y reglas muy escasas. Además se observa irritabilidad, cambios de carácter, llanto y agresividad.

En realidad, varios estudios científicos han demostrado que, fuera de los síntomas de sobredosis, las hormonas tiroideas agregadas a la dieta, no producen un adelgazamiento mayor que la dieta sola. Es cierto que cuando existe una insuficiencia tiroidea, uno engorda más. Pero existen otros síntomas asociados al sobrepeso que nos guían hacia el diagnóstico de hipotiroidismo. El aumento de peso aislado no es consecuencia necesaria de un mal funcionamiento de la glándula tiroides.

Características generales

El hipotiroidismo da lugar a manifestaciones clínicas muy diversas, entre las que puede destacar un ligero incremento del peso (fundamentalmente por retención de agua y sal). Sin embargo, la de obesidad causada por hipotiroidismo supone menos del 0.5%, y se produce en aquellos casos de hipotiroidismo severo y no tratado correctamente de forma crónica en pacientes con un previo exceso de peso.

El hipertiroidismo, al producir un incremento del metabolismo puede provocar disminución del peso en un 50-80% de los afectados, sobre todo cuando es severo. Sin embargo no es infrecuente, sobre todo en mujeres, observar un incremento de peso en casos de hipertiroidismo ligero, debido a que la ingesta alimentaria (por aumento del apetito) es superior al incremento del gasto metabólico.

El objetivo primordial del tratamiento de la enfermedad tiroidea por alteración en la producción o actividad hormonal (hipo e hipertiroidismo) debe ser un correcto tratamiento a fin de normalizar al paciente, mediante la utilización de hormonas tiroideas (en el hipotiroidismo) o medicación antitiroidea o yodo radiactivo (en el hipertiroidismo). La normalización hormonal suele corregir, por sí sola, las alteraciones del peso producidas.

Régimen a seguir

Las recomendaciones dietéticas destinadas a personas con patología de tiroides no difieren en absoluto de las del resto de población. Así, en los casos de hipotiroidismo o hipertiroidismo con sobrepeso es recomendable la realización de una dieta hipocalórica equilibrada en nutrientes, y adaptada a las características físicas y actividad del paciente, así como el incremento de la actividad física. En los hipertiroideos con pérdida de peso, la dieta debe ser equilibrada para sus características físicas y rica en productos con alto contenido en vitaminas y minerales que compensen las perdidas producidas; deben evitarse, sin embargo, alimentos con un muy elevado contenido en yodo como suplementos vitamínicos con yodo, sal yodada o algas rojas.

Incidir en la necesidad de implementar el consumo de sal yodada de forma universal en la población general, sobre todo mujeres embarazadas, lactantes y niños. Una deficiencia en el consumo de yodo puede provocar bocio (aumento del volumen de la glándula tiroidea) o hipotiroidismo, y puede ser responsable de una disminución del cociente intelectual y rendimiento de los escolares.

¿Dietas restrictivas?

Múltiples estudios reportan que las dietas muy restrictivas o muy bajas en nutrientes disminuyen la conversión de hormonas tiroideas en una hormona más activa que se denomina triodotironina o T3. En los que hacen dietas de hambre, en vez de T3 activa, se produce un metabolismo inactivo que no tiene ningún papel acelerador metabólico. Esto favorece la acumulación de grasa y la disminución del metabolismo energético, a la vez que explica por qué los pacientes que hacen dietas de hambre dejan de rebajar en un momento dado, aún continuando el régimen, y por qué engordan con mucha mayor facilidad que antes de haber iniciado la dieta.

Por este motivo se debe evitar el hacer ayunos y dietas de hambre con la finalidad de adelgazar, pues estas dietas en vez de ayudarnos a adelgazar más bien preparan bioquímicamente nuestro organismo para engordar de nuevo otra vez y con menos comida que antes.

Tratamiento nutricional

  • Disminuya su consumo calórico. Por la disminución de la tasa de metabolismo basal, si consume muchas calorías será más fácil aumentar de peso. Una alimentación saludable con cantidades moderadas es una buena opción para no caer en excesos innecesarios.
  • Consuma una dieta alta en fibra. La fibra está presente en alimentos integrales de grano entero y en la cáscara de frutas y vegetales, y ayuda a combatir el estreñimiento presente. Es importante recordar que la hidratación adecuada es muy importante también.
  • Evite alimentos procesados y refinados. Este tipo de alimentos que incluyen harinas blanca y azúcar contienen muchas calorías y muy pocos nutrientes, lo que se conoce como “calorías vacías.” Como parte de la dieta hay que limitar este tipo de productos.
  • Incluya variedad de frutas y vegetales. Las frutas y vegetales, aparte de ofrecer fibra, contiene vitaminas y minerales que también son necesarios para las funciones fisiológicas del organismo. Son parte esencial de la dieta.
  • Prefiera las carnes menos grasosas. Consuma más pescado, atún en agua o pollo sin piel con más frecuencia y porque tienen menos grasa saturada, y evite las carnes rojas, embutidos, cerdo y quesos grasosos.
  • (Hipotiroides) Consuma alimentos ricos en yodo. Alimentos recomendados como ajo, mariscos, yemas de huevo, perejil, albahaca, sal yodada son importantes para contrarrestar la deficiencia de yodo en el organismo.
  • Evite los hongos repollo, nueces y mostaza si tiene Candidiasis. La Candidiasis se da por la presencia de una bacteria llamada Cándida albicans.
  • Aumente su actividad física. Como en toda persona con sobrepeso u obesidad, la actividad física moderada no debe pasarse por alto. Practique ejercicio físico como caminar rápido, trotar, bicicleta, subir escaleras, bailar, aeróbicos, entre otros por lo menos 30 minutos diarios.

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