¿Por qué comemos cuando estamos aburridos?

¿Por qué comemos cuando estamos aburridos?

05/07/2015 • Dietas, Informes & novedades, Obesidad, Trastornos & Desórdenes • Views: 48

¿Acaso no nos pasa que cuando ya nada nos distrae o divierte, cuando no sabemos qué hacer con el tiempo, o bien, todo nos parece aburrido, lo primero que hacemos es ir a la heladera o a la alacena, a comernos lo primero que encontramos sin saber por qué, ni para qué?

Si, comemos cuando estamos aburridos. Vamos a la heladera, comemos aquellos alimentos que más carbohidratos poseen, como chocolate, helado, tortas, o aquello que sobró de días anteriores. No elegimos los que son «saludables» o con pocas calorías.

¿No es acaso en esos momentos donde tenemos antojos de comer aquello que nos está prohibido?
Alguna vez nos detuvimos a pensar que esto nos pasa a la gran mayoría y que sólo recurrimos a la comida para poder completar esa sensación de vacío que sentimos, esa sensación de que nada nos completa. Ese vacío, es al que, generalmente, denominamos «aburrimiento».

Y es ahí donde surge la pregunta ¿Por qué comemos cuando estamos aburridos? Responderla no es fácil sin saber dos cosas:

1- ¿Por qué comemos?

La respuesta a la primera pregunta parece ser simple, comemos porque tenemos hambre. De esta manera, si tomamos la definición de «comer» «alimentar», en el diccionario, podemos encontrar dos acepciones:

Alimentarse:

  1.  Dar alimento al cuerpo de un animal o de un vegetal.
  2. Suministrar a una máquina, sistema o proceso, la materia, la energía o los datos que necesita para su funcionamiento.

Teniendo en cuenta lo antedicho, podemos decir que nos alimentamos para darle energía a nuestro cuerpo, para que todas las funciones fisiológicas se desarrollen normalmente.

Parte de esto es verdad.
Ahora, nosotros ¿sólo comemos para que nuestro cuerpo funcione normalmente, o el comer está ligado a un placer que nosotros mismos desconocemos?

Evidentemente la comida es algo más que el alimentarse fisiológicamente. Es uno de los placeres de la vida y de ser posible, comeríamos aquellos alimentos que más nos gustan y que no siempre tenemos a nuestro alcance. Los medios de comunicación están llenos de propagandas en donde presentan, el comer como placer y, no importa la cantidad que comamos, podemos volver a ser nosotros mismos con un mágico efervescente o unas simples gotas.

De esta manera, deberíamos tener en cuenta que alimentarse va a depender no solo de cuanta hambre tengamos sino, a su vez, de la relación previa que tengamos con la comida y de las circunstancias sociales en donde se consuman.

Teniendo en cuenta este criterio del comer, aún nos hace falta explicar por qué el aburrimiento genera que comamos compulsivamente. No es posible responder sin saber que es en sí el aburrimiento.

2- ¿Qué es el aburrimiento?

Para poder contestarnos que es el aburrimiento recurriremos también a la definición del diccionario:

Aburrimiento:

  1. Cansancio, fastidio, tedio, originados generalmente por disgustos o molestias, o por no contar con algo que distraiga y divierta.

La filosofía define el aburrimiento como una forma de debilidad, similar a la melancolía romántica, que se diferencia del aburrimiento, sólo, en que esta última pone en juego la imaginación. La imaginación del pasado o la de un futuro en donde, no son más que muestras de huidas de la dureza de lo real. (Rafael Alvira)

El término aburrimiento aparece en el siglo XV, siendo sinónimo de la enfermedad de los ricos, acrecentándose más en el siglo XIX. Cuando hay grandes desgracias de la historia, guerras, hambre, epidemias, no hay tiempo para el aburrimiento. Se vive tan intensamente que uno se olvida que está viviendo.

El aburrimiento está relacionado al tiempo libre. El tiempo libre en la antigüedad lo dedicaban al ocio; se lo consideraba creativo y productivo.
Es así que surge una pregunta fundamental ¿Qué hacer con el tiempo, cuando el tiempo sólo depende de uno mismo?

Las condiciones de la vida consumista de hoy son muy diferentes. Hoy, donde gracias a los avances producidos por el hombre para un mayor bienestar, ya no cazamos nuestra comida sino que vamos al supermercado, la compramos congelada y lo único que debemos hacer es ponerla en el microondas y donde la cultura de la inmediatez está al servicio de nuestras manos; no sabemos qué hacer con el tiempo libre. Nos angustia y, por ende, comemos.

Generalmente tenemos pautado la mayor parte de nuestro tiempo libre:
gimnasio, cine, teatro, salidas con amigos, TV ilimitadamente, etc. Ahora cuando tenemos un tiempo libre sin ninguna actividad programada, nos aburrimos.

En la sociedad actual de la inmediatez, en donde la idea es no sentir necesidades, y el objetivo es estar llenos sin importar de qué: imágenes, comida, sonidos, etc.; el tiempo libre se convierte en un tiempo que carece de cualidades, sentido, color y sabor. Todo el tiempo estamos suponiendo que nos debería pasar otro cosa, y no lo que estamos viviendo. Esto es no aceptar, no aceptar la falta.

Esto no nos pasa solo a los adultos, sino también a nuestros hijos en edad escolar, a nuestros adolescentes, ¿Acaso los boliches, los juegos en computadora o el alcohol, no son medios de evasión, de no saber qué hacemos con nuestro tiempo? Sintiendo así que algo nos falta, que nada de lo que tenemos a mano puede saciar esta sensación de vacío. Por qué deseamos algo que pudiera llenar nuestras aspiraciones, nos diera paz, el entretenimiento, y todo ello en plenitud y sin esfuerzo.

Comer, Ansiedad, Tiempo libre y Stress

Tener tiempo libre nos angustia (aflicción, congoja, ansiedad) más de lo que suponemos. Y para calmar esa angustia terminamos recurriendo a la comida, nada mejor que agarrar ese paquete de papas fritas y sentarnos frente a la TV. No se nos ocurre otra cosa que comer, comer compulsivamente, sin sentir el gusto y el placer por lo que estamos comiendo, sólo el acto de llevarnos algo a la boca, algo que calme esa angustia que ni nosotros sabemos que está ahí, pero que molesta.

Así, la comida aparece para aplacar esa amenaza del tiempo libre, del vacío, de la nada, del no saber qué hacer, con el aburrimiento. El aburrimiento en este caso es darle un sentido a ese tiempo libre.

Aquí cabe diferenciar el aburrimiento, de lo hoy tan nombrado «Stress», lo cual aparece como un agobio, proceso físico, químico o emocional productor de una tensión que puede llevar a la enfermedad física. Debemos tener muy en cuenta esta diferencia. Muchas veces es fácil confundirlas ya que los primeros síntomas del Stress son muy parecidos al aburrimiento.

Ahora por que comemos, cuando estamos aburridos y no podemos hacer otra cosa, es aquí donde tenemos que tener en cuenta la ansiedad que nos produce este tiempo libre, sin una actividad programada. Esa ansiedad que aparece como amenaza, y frente a esa amenaza recurrimos a la comida. Así es comer es un intento de solución a este tiempo libre. Ya que el comer es placentero, es un placer inmediato, es un placer que conseguimos con muy poco esfuerzo. Tratamos de permanecer sin sentir que algo nos falta y sin poder tolerar sentir esa falta, haciendo lugar y dando cabida al aburrimiento producido por estar saturado de lleno, se puede a partir de allí volver al ocio creativo, a un uso del tiempo libre conectado íntimamente con nuestro deseo, con nuestra subjetividad y sus aspectos creativos.

Deberíamos poder suspender esa necesidad descontrolada de arrojarlos a la heladera. ¿Pero cómo? Poniéndonos a pensar por un minuto, ¿es esto lo que deseo? ¿Comer saciara esa falta que siento en este momento?

Tal vez deteniéndonos a pensar un instante, en nuestro deseo, nos daríamos cuenta que no es ese pedazo de torta lo que estamos deseando en ese momento. Y de ser así, si de hecho es esa torta lo que queremos. ¿Por qué nos dedicarnos el tiempo necesario para poder comerla y sentir el placer que surge del comer?

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