Las hormonas y la alimentación

28/05/2014 • Noticias e Informes, Nutrición • Views: 6897

Nuestra salud, nuestra respuesta ante el peligro, nuestros cambios de humor y hasta nuestro peso están regulados en gran parte por las hormonas. Éstas guardan una estrecha relación con nuestro estado de nutrición.

Las hormonas son secretadas y liberadas directamente en la sangre por órganos conocidos como glándulas, estas son muy abundantes en nuestro cuerpo y por lo tanto también existen una gran cantidad de hormonas. Las glándulas tienen una función muy importante que consiste en monitorear que situaciones están sucediendo en nuestro cuerpo.

El estado nutricional afecta el sistema hormonal, es decir, para que funcione de manera adecuada tenemos que tener un buen estado de nutrición, así el ayuno, la alimentación en exceso o el ejercicio alteran este sistema. Un ejemplo son las personas que se vuelven muy delgadas por tener un sistema hormonal alterado, generalmente la tiroides (glándula) tiene problemas con la secreción de hormonas tiroideas por lo que estas personas si no se atienden son incapaces de mantener un buen estado de salud, y se vuelve un círculo vicioso, otro ejemplo podría ser las personas que tienen dietas con alto contenido de grasas teniendo niveles hormonales que puedan hacerlas susceptibles a padecer ciertos tipos de cáncer.

Por otro lado el sistema hormonal también afecta el estado de nutrición ya que junto con el sistema nervioso controlan las señales de hambre y saciedad, manda mensajes al sistema digestivo sobre que comida entra y que tipo de jugos gástricos se deben liberar. Durante el ciclo menstrual algunas mujeres presentan cambios de apetito comiendo más hidratos de carbono que el resto del ciclo, otro ejemplo es que las hormonas en parte son las responsables de la falta de apetito durante las enfermedades o reaccionan ante el estrés afectando la absorción de los nutrimentos.

Por todo lo anterior siempre que tenemos algún problema de nutrición ya sea en escasez como la desnutrición o en excesos como la obesidad no debemos olvidarnos de nuestro sistema hormonal ya que muy probablemente parte de la respuesta al problema la podamos solucionar tomándolo en cuenta, no lo olvides.

Las grasas y las hormonas

Las hormonas son los mensajeros que le dicen a nuestro metabolismo lo que tiene que hacer. Si tiene que almacenar algo, destruirlo, regenerarlo, acelerar el corazón, etc. Si desequilibras el sistema hormonal tu cuerpo dejará de funcionar de manera correcta y degenerará. Si desequilibras una hormona, terminarán desequilibrándose varias, ya que están relacionadas unas con otras.

Los alimentos no solo son importantes por las «calorías» que tengan, como te quieren hacer creer todos los anuncios, sino por como afectan a tu sistema hormonal.

Especial atención merece para nosotros la hormona insulina, ya que esta hormona gobierna los procesos metabólicos que hacen que los alimentos que comemos se almacenen en forma de grasa corporal. Es decir, para transformar cualquier alimento que hayamos comido en grasa corporal, hace falta que haya niveles altos de insulina. Y viceversa. Si no hay niveles altos de insulina en el cuerpo, los alimentos que comemos tendrán más difícil el llegar a almacenarse en forma de grasa corporal. Los niveles que tengamos de insulina dependen mucho de los alimentos que comamos.

El tener elevados niveles de insulina de manera continua en el cuerpo produce muchos problemas, como son: obesidad, diabetes tipo 2, hipertensión, fatiga crónica, infertilidad, colesterol alto, riesgo de ataques al corazón, etc.

Por tanto, hay que controlar los alimentos que producen que suban tus niveles de insulina. ¿Qué alimentos son estos? Pues casualmente son los azúcares en todas sus formas y los carbohidratos feculentos. También elevan tus niveles de insulina ciertas sustancias como son: la cafeína, los edulcorantes artificiales, el alcohol, el tabaco, los estimulantes y los aditivos químicos. Por eso, también hay que evitar consumir estas sustancias de manera habitual.

Por supuesto, la respuesta insulínica de cada persona ante cierto alimento es diferente de una persona a otra. Por eso, los alimentos nos afectan con distinta severidad a unos que a otros y cada uno tiene una tolerancia distinta. Ciertas enfermedades como la obesidad mórbida son casos extremos de desordenes hormonales a gran escala.

Nuestro cuerpo fabrica las hormonas a partir de la grasa y del colesterol, por lo que ambos son necesarios para tener un sistema hormonal equilibrado y sano. Por eso todas las dietas bajas en grasa producen desordenes hormonales. Hay que comer grasas, pero eso si, grasas naturales no desnaturalizadas. Y tranquilos, aunque comas grasa y esta tenga muchas calorías, no se te almacenara en tu cuerpo en forma de grasa corporal mientras no tengas altos los niveles de insulina simultáneamente. Por eso no es aconsejable mezclar en una misma comida una alta cantidad de grasa (muchas calorías) con una gran cantidad de un alimento que provoque una subida de los niveles de insulina como son el azúcar o los carbohidratos feculentos. Es por eso que los pasteles, bollos, helados, galletas (azúcar+ grasa) engordan tanto. Por tanto, tener un sistema hormonal equilibrado es importantísimo para nuestra salud y nuestro cuerpo.

Una cosa importante es que, cuanto más desequilibrado tengas tu sistema hormonal, mas tiempo necesitaras para re-equilibrarlo y por eso, mas estricto deberías ser con tu alimentación hasta conseguirlo. Las malas comidas, comidas trampa y demás, afectan menos a quienes tienen sus sistemas hormonales equilibrados que a aquellos que andan lejos del equilibrio.

Factor clave en el sobrepeso femenino

En la fase premenstrual, el incremento de la hormona progesterona induce a la mujer a comer más, y a consumir alimentos dulces, por la caída del nivel de azúcar en la sangre. Durante la ovulación, en el cuerpo femenino se libera, en grandes cantidades, la hormona estradiol, que tiende a disminuir la sensación de hambre. Además de las hormonas sexuales, en el peso corporal femenino también influyen las hormonas digestivas y tiroides, entre otras sustancias endocrinas.

Según la doctora Carmen Menéndez, ‘la regulación endocrina femenina, que se dirige desde el cerebro hacia distintas glándulas y órganos, y se basa en una interconexión entre hipotálamo, hipófisis, ovarios, tiroides y adrenales, puede alterarse trabajando a un ritmo más rápido o lento, o segregando más o menos hormonas’. ‘Algunas mujeres tienen un aspecto aniñado porque su hipófisis funciona más lento, otras comen mucho y están siempre delgadas porque su tiroides y sus células trabajan más rápido de lo normal, mientras que hay quienes tienen forma de pera, debido a los desequilibrios hormonales en sus ovarios, o tienen obesidad localizada en la tripa debido a su hiperactividad adrenal’, señala.

‘Las hormonas son determinantes en la salud y forma femeninas: de hecho la mujer es más propensa a sufrir disfunciones en su tiroides, lo cual hace que se mantenga delgada, sea muy nerviosa y sea hiperactiva, cuando su glándula funciona aceleradamente, o que engorde, se deprima y tenga un ritmo bajo de actividad, cuando funciona más lento de lo normal’, explica Menéndez.

Según la especialista Gloria Thomas, en cada mujer predomina una glándula de secreción hormonal, la cual influye sobre las líneas naturales del cuerpo y en la forma en que el organismo reacciona ante las grasas y emplea su energía. Para mantenerse en forma, hay que seguir un plan de ejercicios y alimentación ‘a la medida de las hormonas y la glándula dominante de cada mujer, para compensar sus factores vulnerables naturales y trabajar sobre sus puntos fuertes».

Trastornos hormonales en dietas vegetarianas

La dieta vegetariana es saludable pero hasta cierto punto, como sabemos, los extremos no son nada aconsejables, nos referimos a la parte más extremista de la dieta vegetariana, hay personas que utilizan esta dieta por varios motivos que en realidad no son los que predican “para un organismo saludable”.

Hay quien se revela contra la ingesta de carnes, o desean ocultar trastornos alimenticios para adelgazar, etc. Esta dieta es utilizada por mucha gente y con distintos propósitos, sean claros u ocultos.

Dependiendo de la edad, en el caso de ser adolescentes, este tipo de dieta sin control puede ser un riesgo importante en el desarrollo. Una dieta vegetariana se puede dividir en varios tipos de subdietas. Está la que sólo incluye las frutas y verduras (vegetariana pura), si además se incluyen los huevos (ovovegetariana), si añadimos además la leche (ovolactovegetariana) y finalmente la semivegetariana, en la que se incluirían huevos, pescados y lácteos.

Si un adolescente se decanta por alguna de estas dietas, sufre hasta seis veces más el riesgo de padecer algún trastorno hormonal debido a la falta de los nutrientes esenciales que son tan necesarios para el desarrollo. Así nos lo explica la doctora Inés de la Parra, del Servicio de Ginecología del Hospital Italiano de Buenos Aires.

Dependiendo del grado de restricción alimentaria que un adolescente practique, se pueden contraer algunos problemas como el retraso del ciclo menstrual o la amenorrea, una dolencia que se caracteriza por la falta de menstruación. Un ejemplo son las bailarinas de ballet, hasta un 60% de ellas sufrían de amenorrea causada por una dieta excesivamente restrictiva conjugada con el esfuerzo físico y los altos niveles de estrés.

Hay que mirarse con lupa la determinación de llevar una dieta vegetariana, la edad es un aspecto importante, es necesario que una dieta aporte un 60% de calorías en hidratos de carbono, un 30% de grasa y un 20% de calorías proteínicas. Al final va a resultar que a la doctora se le ha olvidado aconsejar una dieta mediterránea, una dieta justa y equilibrada.

Al principio hablábamos sobre la verdadera intención de elegir una dieta vegetariana, la obsesión por adelgazar es la tendencia que más predomina y no debería ser así, debería ser una obsesión por todo lo que sea necesario y adecuado para nuestro organismo.

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