El yogur, un viejo amigo

Un Viejo Amigo: El yogur

14/05/2014 • Lácteos & Carnes, Salud & Alimentos • Views: 5967

El yogur es un alimento simple: consiste básicamente en leche con el agregado de una bacteria «buena» que produce una enzima.

Esta enzima ataca los azúcares naturales de la leche produciendo el ácido láctico, que la convierte en yogur.

El yogur es superior a la leche en muchos aspectos. Sólo 220 gramos de yogur contienen el 35-40% de nuestra cuota diaria de calcio.

El yogur posee, proporcionalmente, más proteína digerible que la leche. Además de proteína (el alimento del músculo) el yogur contiene calcio, potasio y fósforo. Es una fuente extraordinaria de vitamina B-6, B-12, B-3 (niacina) y ácido fólico.

El yogur contiene tanto potasio como la banana, y muy poca grasa. 100 gramos de yogur descremado contienen entre 0.5 y 2.0 gramos de grasa animal, mientras que el yogur entero tiene aproximadamente 3.5 gramos de grasa cada 100 gramos de yogur. Un pote de yogur dietético tiene unas 100 calorías, lo que resulta muy útil en planes de adelgazamiento.

Pero no todos los yogurs son iguales. El Food and Drug Administration de Estados Unidos obliga a especificar en la etiqueta si el producto ha sido calentado a temperaturas altas.

Muchas veces, los productores calientan el yogur a altas temperaturas para alargar la vida del producto en las góndolas de los supermercados, pero ese calentamiento destruye una gran cantidad del lactobacillus, o bacteria «buena». Por eso, es conveniente asegurarse que la etiqueta diga «con cultivos vivos».

De la misma manera, no es aconsejable poner el yogur en el freezer, ya que mata la bacteria «buena». No todos los yogurs especifican este tipo de información, pero es conveniente estar al tanto, porque el yogur sin lactobacillus vivos no es lo mismo.

La armada invencible

El lactobacillus, o bacteria «buena», es invencible. Los jugos gástricos del estómago no logran destruirlo ni a ella, ni a su beneficios. Y entre su beneficios figura la lucha contra el cáncer. Ya en 1898, el químico ruso Boris Metchinoff recibió el Premio Nobel por descubrir que la gente que toma yogur vive más.

En 1986, el National Cancer Institute de los Estados Unidos publicó los resultados de un estudio en donde se comprueba que la gente que come queso tiene una más alta incidencia de cáncer (por la grasa del queso), mientras que la gente que toma yogur tiene absolutamente el índice más bajo de cáncer.

Otros estudios importantes como los de Harvard Medical School y los del School of Medicine of the Universty of Chicago muestran fehacientemente que las mujeres que toman yogur tienen los índices más bajos de cáncer ginecológico.

¿Será un yogur de verdad?

Hay muchísimas variedades de yogur pero, ¿verdaderamente todos merecen llamarse yogur o algunos no lo son exactamente?

Esta duda se ha planteado con la llegada de los pasteurizados, que no contienen las bacterias vivas y activas características de este producto lácteo.

Según muchos expertos, se trata de una leche fermentada diferente que se encuentra en una posición intermedia entre la leche y el yogur.

Lo que diferencia al clásico yogur de toda la vida de este nuevo producto lácteo es que el primero conserva vivas, tras la fermentación, sus dos bacterias principales que contienen los beneficios adicionales para la salud. Por ello, caducan a los 28 días de su elaboración y deben mantenerse en la nevera para su correcta conservación.

Por su parte, los pasteurizados carecen de estas bacterias, que han sido destruidas durante su fabricación, pero mantienen las mismas propiedades nutritivas que el yogur habitual. Las bacterias activas hacen que el lácteo sea más digerible, contribuyen a mantener y generar la flora intestinal y aseguran un importante aporte de calcio.

En definitiva, permiten que este producto tenga las mismas propiedades que la leche, pero que su digestión sea más fácil. Por ello, las personas que padecen algún grado de intolerancia a la lactosa es preferible que consuman los clásicos yogures.

Las bacterias activas contribuyen a mantener y generar la flora intestinal.

Algunas de sus Propiedades

Se le atribuyen propiedades para disminuir los niveles de colesterol, en el organismo femenino reduce síntomas del síndrome premenstrual como la hinchazón y el malestar abdominal durante este periodo, ya que se reducen los mecanismos de defensa e incluso también ayuda a prevenir los síntomas de la cistitis (infección en las vías urinarias, sobre todo en la vejiga) que algunos casos tiene su origen en la migración de gérmenes patógenos del intestino a las vías urinarias.

En pacientes en recuperación postoperatoria de intervenciones quirúrgicas abdominales, ingerirlo puede ayudar a hacer más rápida la recuperación y mejorar la acción del tratamiento, dado que el yogur contribuye a la salud del aparato digestivo.

Un vaso de yogur natural de 250 mls. contiene 250 mgs. de calcio, mas que suficiente para prevenir la osteoporosis y otros problemas óseos. Pero inicie su consumo desde ahora, enséñele a sus hijos y cónyuge la importancia de este magnífico alimento, que es de más fácil digestión que muchos productos lácteos

Contiene vitamina A y vitaminas del complejo B, además de otros minerales como el fósforo, el yodo, el potasio, el zinc; además sólo aporta por porción de 250 mls. 150 calorías. Por eso es recomendable para las personas con sobrepeso u obesas, en régimen de adelgazamiento; tiene propiedades cosméticas. Una mascarilla de yogur provee de humedad al rostro, es indicada para todo tipo de piel. En usos gastronómicos tiene mucha aceptación, en sopas, ensaladas, aderezos, platos fuertes, postres, galletas, gelatinas y pasteles. Parece increíble que esta humilde leche fermentada sea tan benéfica, consúmala diariamente y disfrute de sus beneficios y, usted, consuma yogur.

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