El Copoazú, superfruta amazónica

29/05/2014 • Fitoterapia, Noticias • Views: 2621

La especie Theobroma Grandiflorumya, también llamada cupuaçu o cupuazú en Brasil, enfrentó hace algunos años al gobierno brasileño con una empresa japonesa que reclamaba derechos exclusivos sobre el nombre en portugués de este pariente del cacao.

Esa publicitada lucha contra la biopiratería, que se resolvió en 2004, también incluía al cupulate, como llaman en Brasil al chocolate hecho con la semilla del también denominado «cacao blanco». La fruta también se emplea comúnmente en la fabricación de helados, batidos, mermeladas y confitería, además de en la industria cosmética. De hecho, ya son varias las compañías internacionales que también fabrican jabones, lociones, cremas, geles y otros productos a base de copoazú.

Pero en países como Bolivia, Perú, Ecuador, Venezuela y Colombia, donde también se produce la fruta, ésta sigue siendo una virtual desconocida, fuera de las regiones amazónicas y del reducido círculo de investigadores que trabajan para impulsar su explotación. En el caso colombiano una de esas personas es María Soledad Hernández, quien lidera el grupo de investigación en «frutas promisorias» del Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas Sinchi. «En estos momentos (el copoazú) se está volviendo la vedette (de las frutas promisorias de la amazonía colombiana)», le dijo a BBC Hernández, quien trabaja en la búsqueda de alternativas productivas sostenibles para los habitantes de la región.

Industria en crecimiento

La siembra de este árbol -que puede llegar a alcanzar los 18 metros de altura- fue inicialmente impulsada en los departamentos de la amazonía colombiana para ayudar a la recuperación de territorios afectados por el avance de la frontera agrícola.

Pero, poco a poco, también han ido surgiendo pequeñas industrias locales dedicadas a su explotación. «Nosotros ofrecemos confites, confites cubiertos de chocolate, confites cubiertos con café, y mermeladas. Y ahora estoy en estos momentos ya terminando de hacer unas fermentaciones para hacer un vino (de copoazú)», le dijo Yesid Beltrán, quien tiene una pequeña empresa basada en la ciudad de Florencia, en el departamento colombiano de Caquetá.

Y aunque Chagra Maguaré -como se llama la empresa- logró colocar durante un tiempo sus dulces en varias cadenas de supermercados de alcance nacional, en la actualidad estos se comercializan sobre todo en el mercado local. En la capital de Caquetá también es posible encontrar chocoazú, el nombre colombiano del cupulate. Y tampoco resultan extraños los batidos y helados hechos con pulpa de copoazú, la parte de la fruta que Beltrán también emplea para confeccionar sus dulces. De hecho, a diferencia del Theobroma Cacao, el Theoborma Grandiflorum tiene más pulpa que semilla. Y por eso la pulpa también es la parte tradicionalmente más aprovechada por los habitantes de la región amazónica.

Fruta promisoria

Wikipedia en inglés sostiene que el sabor de la pulpa de copoazú puede describirse como «una mezcla de chocolate con piña» y el de su jugo como «pera, con un toque de banana». «Si uno empieza a buscar referencias, tanto por la estructura de la pulpa y todo, tiene un toque parecido a la guanábana», le explicó Álvarez. «Pero tiene su propia identidad y su propio sabor», dijo el gerente se Selva Nevada, empresa que distribuye helados de copoazú y pulpa para la elaboración de jugos entre varios restaurantes de Bogotá.

El copoazú, a diferencia del cacao, presenta más pulpa que semilla, en una relación de 2 a 1, así que se puede aprovechar la pulpa, cosa que no es posible con el cacao. La pulpa del copoazú es de color blanco, con altos contenidos de fósforo, pectina y contenidos medios de Calcio y vitamina C. Se utiliza en la elaboración de jugos, néctares, mermeladas, compotas, gelatinas y dulces. Del fruto también se aprovecha su semilla, que contiene porcentajes altos de proteína y grasa, para la preparación de cupulate, un producto con características similares al chocolate.

Pero si esta llega a convertirse en la «superfruta» de moda en Europa o Estados Unidos las cosas podrían cambiar. La demanda comienza a crecer, así como el consumo, y su funcionalidad, es decir, las aplicaciones o los beneficios que puede tener sobre el bienestar del consumidor.

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