¿De qué hablamos al hablar de productos orgánicos?

10/01/2018 • Cocina, Curiosidades, Informes • Views: 2398

Mas allá del significado que cada uno le dé, es necesaria una regulación para este tipo de alimentos que se nos ofrecen como el paraiso de lo natural.

Se consideran «orgánicos» aquellos alimentos, en general vegetales y frutas que en ninguna etapa de su producción intervienen fertilizantes, herbicidas o pesticidas químicos, así como tampoco en los suelos donde son cultivados.

En los últimos años se han hecho muy populares y por ende aumentó su consumo de los alimentos llamados orgánicos, esto demuestra el interés de mucha gente por un cambio positivo en la alimentación y también evidencia una desconfianza en la seguridad y producción de los alimentos convencionales.

Para algunos, la palabra «orgánico» significa nutritivo. Para otros significa alimentos más limpios y seguros; incluso, están quienes entienden por «orgánico» aquellos alimentos producidos sin causar polución o dañando lo menos posible el aire, la tierra y el agua. En realidad las características positivas que se le atribuyen a los productos orgánicos son difíciles de establecer mientras no exista una regulación general. Por ejemplo para que la leche, sea considerada orgánica, en teoría la vaca debe estar alimentada 100 % con granos que no hayan sido tratados genéticamente ni fertilizados sus suelos. A si como tampoco deben recibir antibióticos u hormonas dichos animales.

Es muy difícil lograr producir alimentos que estén totalmente libres de pesticidas, debido a que en los suelos éstos permanecen largos periodos de tiempo en cantidades insignificantes o pueden contaminarse de suelos próximos a ellos. En pocos lugares del mundo se han determinado definiciones específicas para el uso del término «orgánico» así como tampoco el tiempo de espera que debe pasar desde la última aplicación de químicos en los suelos y el cultivo de un alimento sin ellos.

En la mayoría de los países no hay leyes que regulen el uso de los alimentos orgánicos. Esta ausencia de leyes y reglamentaciones tampoco le da al consumidor garantías de que el alimento que se vende como orgánico, realmente lo sea y también está expuesto a que comerciantes inescrupulosos vendan algo que realmente no lo es.

El gobierno federal de los EE.UU. se encuentran en camino de promulgar una ley. Esta definiría a los productos orgánicos en cuatro categorías:

«100 % orgánicos»: son aquellos productos sin ingredientes no orgánicos.

«Orgánicos»: para los productos con un 95 % de los ingredientes de tipo orgánico.

«Hechos con productos orgánico»: para los productos realizados entre un 50 y 95 % con ingredientes orgánicos.

«Productos con menos del 50 %»: de los ingredientes orgánicos, se deberá especificar en cada ingrediente que sea orgánico.

Este debe ser un ejemplo que debe ser tenido en cuenta en nuestro país de modo tal que la situación sea más clara y el consumidor pueda saber qué tipo de producto elige.

Desde el punto de vista nutricional, en los alimentos orgánicos no se pudo demostrar ventajas sobre, el sabor, seguridad y valor nutricional, con respecto a los alimentos convencionales; desde el punto de vista económico su valor es mucho mayor, aproximadamente entre un 20 y un 100 %.

La producción orgánica

Tiene como objetivo principal la producción de alimentos saludables, de la mejor calidad nutritiva, sin contaminantes y obtenidos mediante agro-ecosistemas de trabajo cuya productividad está basada en el aprovechamiento correcto y ajustado de los ciclos naturales…

Los alimentos que proporcionan estos tipos de sistemas productivos son inocuos para la salud humana, ya que no contienen residuos de agroquímicos ni medicamentos que puedan constituir un riesgo o contaminen el ambiente.

En 1998 la producción orgánica certificada existente en nuestro país era de 231.245 hectáreas, lo que indica que el sector creció en el período 92/97 a una tasa anual promedio de 107%, absorbiendo la mayor parte de la misma (un promedio 89.78%) la producción orgánica de origen animal (con 207.600 has.) que se dedican a la producción de carne vacuna, aviar, leche, quesos y miel.

La producción orgánica de origen vegetal ocupa el 10.22% de la superficie total. Esto es 23.645 hectáreas, que en un 57.60% son dedicadas a la producción de cereales y oleaginosas, un 22.63% a frutas, 17% a cultivos industriales y el 2,77% restante a la producción de hortalizas.

Comercialización

Con respecto a la comercialización orgánica de origen vegetal, en 1998 superó las 12.000 toneladas (60% más que en 1996), orientándose un 10% al consumo doméstico y el 90% a los mercados internacionales. La canasta de productos exportados es muy diversa, al igual que los mercados de destino.

Las exportaciones son lideradas por las frutas frescas (manzana, peras y cítricos en orden de importancia) exportadas a Alemania, Holanda, Inglaterra y Francia. Luego figuran los cereales y las oleaginosas (maíz, soja, girasol, lino y girasol aceitero principalmente) destinados a Bélgica y Holanda. En tercer lugar aparecen las hortalizas y legumbres (cebolla, espárrago, ajo y zapallo, aunque también se registran mínimas operaciones con otros productos) orientadas a la unión Europea y a los Estados Unidos. El cuarto lugar es ocupado por productos procesados (aceite de oliva, jugo de uva, pasas de uva, vino, jugos de manzana, de pera, de naranja y dulce de naranja) con un mercado importante en la Unión Europea aunque en este rubro comienza a adquirir mayor importancia la demanda proveniente de los Estados Unidos que es el mercado exclusivo del aceite de oliva y los jugos de uva y pera. También se han registrado exportaciones crecientes de hierbas aromáticas, yerba mate y fibra de algodón.

Las exportaciones de productos orgánicos se circunscriben fundamentalmente a carne vacuna y miel. Las exportaciones de carne se iniciaron en 1995 con experiencias piloto y en 1998 alcanzaron las 200 toneladas con exclusividad a la Unión europea (Bélgica, Italia, Suiza y Holanda) donde existen importantes cadenas de supermercados, como Delhaize, por ejemplo, que ofrecen carne orgánica argentina en sus góndolas. Las exportaciones de miel, que superaron levemente las 150 toneladas en 1998 y muestran una tendencia a un crecimiento constante, también se destinan a la unión Europea.

Argentina es reconocida mundialmente como un tradicional productor y exportador de alimentos. Su amplitud territorial conjugada con su diversidad climática y la fecundidad de sus suelos le permite desarrollar una amplia canasta de productos orgánicos de calidad y en cantidad, sin contar con subsidio estatal alguno. Y cuenta, además, con un cuerpo normativo y de certificación reconocido internacionalmente por el nivel de sus exigencias.

No resulta utópico pensar que en los próximos años, Argentina será un destacado en la provisión de alimentos orgánicos para el mundo.

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